Andaba rondando por aquel barrio cuando, de repente, escuchando esa canción, avisté su figura a lo lejos.
No me percaté de lo extraño de la casualidad hasta que vi que estaba sangrando, y fue entonces cuando me di cuenta de que todo el rastro que el tiempo terminaría dejando en mis recuerdos sería su espalda alejándose cada vez más de mí.
jueves, 7 de octubre de 2010
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