viernes, 28 de octubre de 2011

Punto final

El profesor siempre hablaba de los finales sentenciosos del poeta, pero no fue hasta toparme con el último poema de Habitaciones separadas que comprendí lo cierto que era.


Figura sin paisaje

He vendido mi alma dos veces al diablo
por monedas de niebla y curso clandestino
en países que nadie se ha atrevido a fundar.

Un realista que vive el mundo de los sueños
un soñador que quiere vivir la realidad.

Mal destino es el tuyo.
Así te va.


Luis García Montero, de Habitaciones separadas.

lunes, 17 de octubre de 2011

Lecturas acordes

Después de varias semanas acudiendo allí prácticamente a diario, de pronto me di cuenta de lo díficil que era retomar la lectura de Beltenebros en casa, sin la música tranquila y casi sensual que se escuchaba de fondo en el café que ya consideraba santuario (hipérboles que la escritura nos permite), junto al murmullo de las conversaciones cercanas, el sonido de los vasos y el ir y venir de los camareros. Acompañaban a la cadencia del lugar los pensamientos lúgubres de un Darman impasible y distante, el ambiente sórdido de la boîte Tabú, la atracción sin límites que proyectaba aquel cuerpo de mujer, objeto de incontrolable deseo, y el estilo inconfundible de Muñoz Molina.
Resultaba raro descubrir que sobre la "banda sonora" de la novela yo no tenía potestad alguna mientras que ésta, por el contrario, sí permanecía sujeta a los designios del dueño del local -quien lograba encajar a la perfección la melodía con los sucesos del libro- y a las charlas que allí se entablaban desde el momento en que entraba en el establecimiento hasta que me marchaba.

viernes, 14 de octubre de 2011

Ficción

Entonces, como quien saca la cabeza de un gran cubo de agua y vuelve a respirar, leí: lo dijo Diderot «detrás de cada poesía hay un embuste».
Y era cierto.