miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Acaso es capaz de habitar el olvido?

Entonces me acordé de ese verso de Sabina que dice «pero ya no era ayer, sino mañana». Aunque después ningún ladrón entró como un insolente sol por la ventana. Ni al revés. Sólo quedó la soledad, esa soledad sonora de la que hablaban los grandes autores que salían en los libros de literatura. La que nunca llegué a comprender bien del todo hasta que ocurrió aquello. Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Se sucedieron los días, más cortos que la mayoría de las noches, y las hojas del calendario fueron cayendo una tras otra sin tregua. Aún ahora hay veces en que me asaltan los recuerdos, tan vivos en mi memoria que hasta parecen poder tocarse, a pesar de que muchas frías estaciones hayan invadido ya el cielo desde aquellos días.
Entonces me acuerdo de ese verso de Sabina que dice «los besos que perdí por no saber decir "te necesito"».

No hay comentarios:

Publicar un comentario