Me pregunto dónde pasará la noche el señor al que me he cruzado más de una vez por la Calle de los Quesos a eso de las once y media de la noche.
La verdad es que no me asusta encontrármelo, ni siquiera cuando voy sola. Es más, su semblante pensativo, él siempre cabizbajo, me transmite paz, en cierto modo.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario