domingo, 4 de julio de 2010

Tokio Blues



Casi podía imaginarme a Reiko, rasgando con decisión las cuerdas de su guitarra, hiptonizando con el sonido a Naoko y Watanabe.

Decididamente, Rodrigo Fresán acierta de pleno al asegurar que el modo de narrar de Murakami tiene "algo de hipnótico y opiáceo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario