¿Nunca se te ha ocurrido pensar que si un semáforo se pone repentinamente en verde justo cuando llegas al paso de cebra es que ése va a ser un buen día? Como si ese pequeño detalle supusiera un gran golpe de buena suerte.
Pues a mí siempre me pasa, siempre que me ocurre lo pienso. Sin embargo, luego nunca recuerdo si el día en que eso sucedió por última vez fue bueno o no. Supongo que ahí radica la magia, ¿no?
martes, 22 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario