domingo, 6 de febrero de 2011

En una estación del metro

Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud.

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones
y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles.

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del metro
y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre.

Óscar Hahn.

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