sábado, 18 de febrero de 2012

En Tiergarten, de madrugada

Mientras observaba desde el vagón del S-Bahn el reloj de la estación de Tiergarten, me llamó la atención la velocidad con la que el segundero recorría el radio de la esfera temporal. De camino al Kapitan, quizás me asaltara un poco el miedo a la rapidez con la que suceden las cosas. Sólo quizás, porque al llegar a Hauptbahnhof ya nos estábamos riendo recordando algunas anécdotas del viaje y apenas reparaba en el ir y venir de los viajeros, la ausencia absoluta del sentimiento de extranjería que había experimentado días atrás y el bullicio incesante de los trenes.

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