miércoles, 12 de enero de 2011

Resplandor

Solía preguntarse si alguna vez y sin saberlo no habría servido de inspiración para un músico al componer una melodía. Quizás el boom del momento o aquella balada tan desoladoramente hermosa que sonaba en la radio el día que se decidió a romper con la rutina. O tal vez, sin quererlo, había actuado de musa para un utópico pintor que había hallado en su hipnotizadora silueta, un día en el mercado, el numen que lo había llevado a crear aquel maravilloso lienzo. Acaso la aparente rima fácil del soneto que recitaba el profesor en clase la había fomentado el fascinante vaivén de sus caderas, que habían encandilado al poeta un día que se cruzó con ella en el paseo bajo los álamos.
No dejaba de preguntárselo una y otra vez, últimamente más convencida de que cada una de las mujeres que conocía encarnaba a una particular y enigmática fille aux cheveux de lin.


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